lunes, junio 05, 2006

Quimeras teutonas y fiestas redondas

Copa del mundo en México


Es un sueño. La pasión, entrega, ilusión, la oportunidad de ser leyenda, batallas épicas en el imaginario colectivo y nacionalismo heroico a través de un esférico, es lo que millones de personas vivirán los próximos días.

El Mundial de Futbol, así con mayúsculas, con todo su mercantilismo y estrategia neoliberalista que engloba, es la fiesta de nuestra raza astral. El juego del hombre, como lo nombraba Ángel Fernández, se convierte en una válvula de escape de lo negativo de la humanidad.

Por 30 días el juego de unos cuantos es la ilusión de muchos y la fantasía de todos. Un deseo que se gesta cada cuatro años. Para los jugadores es la oportunidad de borrar su condición de mortales para alcanzar una parte de historia impregnada para la eternidad. De niños crecieron ante un televisor con la ilusión de estar en ese lugar, de adultos vuelven a su condición de infantes para vivir dicha quimera.

Los aficionados lo ven como una cuestión de estado. Un triunfo representa fiesta nacional por días y digna de enaltecer como los festejos que formaron el país en el que radican. La eliminación de la justa futbolística se vuelve en la tragedia griega inevitable de evadir pero dolorosa como cualquier otra.

Las oficinas detienen sus labores, las escuelas cambian pizarrones por televisiones, las radios se vuelven un aliciente para los taxistas, las plazas públicas son verbenas de expresión social y las cascaritas una oportunidad para soñar con lo que once guerreros viven en tierras lejanas del otro lado del charco.

Alemania 2006 ha llegado. Un suspiro efímero de lo magno del ser humano. ¡Que ruede el balón!

Entre muchas letras y más balones... pero esta vez es sólo de futbol

Las crónicas de un ovoide en el emparrillado de CU tendrán que esperar. Los bólidos del deporte motor con hazañas del Chapu Díaz y las proezas de Súper Mario Domínguez se quedarán en los pits. Los birdies y eagles de Lorena Ochoa suspenderán en la parte más alta de la lista de ganancias de la LPGA.

Desde ayer he dejado de ser reportero de varios deportes para convertirme en redactor del Mundial Alemania 2006. Habrá que estar más tiempo en la redacción pero con el gusto de escribir sobre uno de mis eventos favoritos: La Copa del Mundo. Mi otro sueño son los Juegos Olímpicos pero habrá que esperarlos dos años más para ello.

Ayer tocó hablar de una goliza de Brasil sobre Nueva Zelanda, hoy fue un análisis de Argentina de cara a su duelo ante Holanda y mañana habrá que buscar opiniones sobre Rafa Márquez en la aldea global.

Las primeras letras sobre Alemania 2006 las escribí el 31 de diciembre del año pasado. Se trataba de detallar los eventos deportivos que se darían en los próximos 12 años. Aquella ocasión puse que la espera había terminado pues el mundial se celebraría en junio. Hoy estamos a cinco días.

Otra misión periodística me llevó a conocer la Copa del Mundo que visitó México como muestra que el sueño existe y se puede representar en una escultura metálica de 18 kilos de peso.

Ahora me encuentro redactando todos los pormenores del evento y el sueño se pinta en las redacciones periodísticas. El sueño ha iniciado.
pd. La foto la tomé a dos metritos de ella.