sábado, abril 23, 2005

Aquel lejano 402

--Fuck!!!!!!!!! Puta madre!!!!!!!!--
Son palabras de quien ya estrañaba su presencia. Mil recuerdos regresaron a mi conciente en una comida deliciosa en viviencia.

La amiga fresa inadaptada a una preparatoria pública, el amigo futbolero con un futuro prometedor, la ñiña de la eterna sonrisa entregada de corzón, la madura a quien, por azares del destino, nos enamoramos mi mejora amigo y yo, la bromista con la que nunca simpaticé, el de personalidad controvertida con tintes altruistas.

Hace un par de horas comí con mis amigos de la Prepa donde tuve la oportunidad de verlos despues de mucho tiempo. Algunos futuros médicos, otros ya casi contadores, una sicóloga, la ingeniera y hasta la veterinaria. Las pláticas pasaron de las membranas celulares, las contralorias institucionales, el imaginario de un dermátologo, la ingeniería de los celulares y las historias periodísticas.

Como si se tratara de un buen viaje, registré las vivencias en unos segundos al platicar con cada uno de ellos. Mi memoria me remitió a aquella primera flor que regalé a una niña quien cumplía 15 años. Las interminables carcagadas con el chico metalero. Las aventuras panboleras de mi vecina. El exceso etílico en Guanajuato que costó un amor inesperado. El cual terminó al siguiente día. El equipo de los Focker y los Satan Boys.

Todo en una comida donde el viento frio no fue obstáculo para tener una convivencia de un pasado lejano, presente en nuestras flores. El 402 se volvío a reunir.

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