Un inmenso pebetero de armazón blanco en forma de aros y con un estilo modernista, se vislumbraba en lo más alto de las tribunas del estadio. La pista de tartán denotaba poco tiempo de haberla puesta. La afición gritando desde las gradas daban el panorama de evento deportivo. El fuego del pebetero, pese a la luz del día, iluminaba todo el complejo deportivo.
No se trataba de Juegos Olímpicos, ni de algún evento internacional. Era el fuego del estadio de la Universidad Autónoma del Estado de México prendido con motivo de la Universiada Nacional 2005. Es el evento más importante de la comunidad estudiantil. Jugarón nuestra auriazules contra las leonas de la U de G.
Era medio día desde la oficina, donde nacen las narraciones deportivas, cuando nos enteramos del partido por el oro en basquetbol entre la Universidad y la Autónoma de Ciudad Juárez. En un descenfreno y la necesidad constante de no estar nunca detrás de un escritorio. Javier y yo decidimos emprender un viaje fugas a la capital mexiquense para ver el partido.
Simplemente fenomenal. Entusiasmo deportivo, goyas al por mayor, una medalla de plata en basquet, chicas futboleras con aspiraciones al oro y la efervecencia de seguir la cultura deportiva al ritmo de las letras periodísticas.
El regreso a las dos de la mañana representó somnolencia en la clase de las 7, pero la iniciativa de seguir nuestras crónicas deportivas bien lo valen.
jueves, abril 28, 2005
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2 comentarios:
holaaaa!!!
saludos al futuro comentarista deportivo.
qué chido lo de la universiada, pero qué gacho lo que me contaste... todos esos anemigos de la UNAM, que vayan y que chi... a su mouse, jajajaja.
ahora sí se vieron bien atideportivos.
Hola, pasandote a saludar, pues una medalla de plata no le cae nada mal a nadie :), gracias por tu visita, espero q no te moleste que lea el tuyo! te mando un saludo
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