Estas dos semanas han sido muy intensas en cuanto a actividades periodísticas deportivas y el tormentoso final de semestre. La cafeína se volvió parte de mi sistema circulatorio y mis ojeras mostraron un crecimiento descomunal.
He cubierto diversas finales deportivas las cuales han sido un reto para mi conocimiento de las disciplinas presenciadas. Los partidos de básquetbol fueron intensos. Ciencias mostró ser el mejor. Voleibol me dejó el cuadro de una chica de Ciencias llorando por la derrota en la final contrastando con la alegría de unas filósofas quienes festejaron su único campeonato que ganaron en deportes de conjunto.
Estar en el Estadio de CU reporteando los partidos de soccer por las medallas de oro, representó mi debut como comentarista a nivel de cancha. Después de dos partidos quedé rojo como camarón de la cara. Contaduría dominó el futbol femenil.
Momento confortable fue el cubrir las finales de mi deporte: el futbol rápido. Es la única disciplina donde no tuve dudas de las marcaciones y los sucesos dados. Un recorrido deportivo agradable de presenciar. Rostros radiando de felicidad, lágrimas de la derrota, jugadas históricas, momentos agónicos y medallas al por mayor.
No recuerdo en qué libro leí que en un periódico las derrotas de la humanidad se encuentran en las primeras hojas. Las victorias, en las últimas páginas, dentro de la sección deportiva. Un espacio donde se plasman los sueños.
Pd. Cada evento representa toda una historia, las cuales espero queden plasmadas más allá de mi memoria.
martes, junio 14, 2005
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1 comentario:
Que bueno alex que ya comienzas con lo que quieres.
Sabes, tu post me hizo recordar la carrera en la que participé y reforzar mi pensamiento de: "pa' no sufrir una derrota, mejor ni participo, total que si gana alguien pues nos vamos a tener que ir a celebrar (en su honor, claro)".
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