domingo, octubre 30, 2005

No estoy de "hueso" pero....

Acostumbrado a observar movimiento de personas que van de un lado a otro, con el ruido de los televisores y el chac chac chac de los teclados, es raro observar la redacción sola. Sin importa la hora que sea, siempre se quedan prendidas las luces y el insoportable aire acondicionado.

Las primeras veces que me tocó observar tanto espacio vacío fue al inicio de los lunes de futbol americano. Es un partido que, por estrategia de rating, se juego a las nueve de la noche. Osea que termina hasta las once y media o más tarde.

La primera noche, con la computadora prendida y la plantilla esperando mi pequeño comentario del partido y el resultado final, me dio un poco de aprensión pensar que nadie revisaría mi escrito hasta el otro día que lo leyeran. Así que pensé en porqué no ponerle un poco de rima al escrito. Pero al revisarme que se trataba de solo dos líneas, aborté la misión.

Fue posible oír los circuitos de la computadora cuando la apagué por el ?ruidoso? silencio que se hace presente en esos momentos.

En otra ocasión me encontré a las 7 de la mañana en la redacción. Otra vez sentí ajeno el lugar por la falta de ruido y el inconfundible murmullo de las teclas en constante choque con los dedos.

Esta vez el motivo de lo temprano de presencia se debió a que la entrevistada se encontraba en China y a esa hora habíamos acordado la llamada. Mientras estuve sentado con el teléfono en mano y la grabadora a lado, volví a sentir ese frió insoportable del aire acondicionado. Al salir del edificio el clima era el mismo.

La última visita a la redacción en horas de Morfeo, fue porque el entrevistado entrenaba a las siete de madrugada. No pude dejar de admirar la fuerza de voluntad de estos deportistas. Esta vez las cosas no fueron tan sencillas.

Había acordado hablar con un coach de los del Corral de Plástico antes de que iniciara el entrenamiento para que me pasara al que, sin duda, será el novato del año del emparrillado estudiantil. Sin embargo, nunca contestó su celular y a falta de otro número para encontrarlo, decidí ir hasta Atizapán para entrevistarlo.

No pensaba asistir a esta cancha lejana así que vestía con mi jersey de los Pumas más dorado que azul. Entre tanto blanquiazul, sin duda, estaba fuera de lugar.

Después de varios días asistiendo a aquella peculiar redacción, uno puede observar que son los ruidos de las personas lo que le da la esencia al lugar. Espero no tener que comprobar esto en los próximos días.

1 comentario:

Gade Herrera dijo...

No te apures, en el excelsior siempre me tocó ver todo semi vacío, a no ser por algunos tipitos de espectáculos que platicaban con café en mano..

Saludos,