jueves, diciembre 01, 2005

Colorín colorado...

Una vez más la arena terminó por caer con suavidad y sin previo aviso para indicar el fin de un tiempo. La última semana de clases llegó desde un rincón del pedregal donde la gente se vuelve de piel dorada y sangre azul.

Estos son las últimas horas como universitario y no puedo más que sentirme orgulloso de saber que estudié en la Máxima Casa de Estudios. Aquel lugar donde salen los mejores guerrilleros, los literatos de vanguardia, los deportistas que no conocen imposibles, los científicos que expresan el despertar de los latinos, los ingenieros de calidad mundial e infinidad de personas que salen a demostrar que la raza cósmica siempre hablará por el espíritu.

Así como disfruté la cátedra de eminencias en las aulas, gocé con pumas de americano y soccer cristalizando sueños desde el olímpico, soñé con movimientos sutiles de un taller coreográfico modelado por la mujer de la danza contemporánea, degusté las mega hamburguesas y delicias gastronómicas de la zona deportiva, fotografíe un espacio de piedra volcánica mezclada con la escultura de visiones geométricas y transpiré la playera dorada con el puma en campos de otras escuelas.

También aprendí que la diversidad de opiniones genera una visión global de los problemas sociales. Que no hay verdades absolutas, ni dogmas de conocimiento; que el sistema es una sinergia capaz de domar a las masas y que uno tiene la tarea de señalarlo; que hay mil maneras de expresar un ideal y un sentimiento si somos fieles a lo que sentimos, que las metas son lugares existentes donde uno hace camino al andar.

Y porque la universidad es un universo de ideas, creencias, conocimiento, pasiones, religiones, experiencias, deportes, expresiones, cultura y mucha diversión; en nuestras manos está transmitir este aprendizaje continuo.

Un Goya por nuestra Universidad.

2 comentarios:

Gade Herrera dijo...

Sólo faltó el:

GOYAAAAAA GOYAAA CACHUN CACHUN RAAA RAAA...

Saludos, nos seguimos viendo.

Chitiva dijo...

Guille: Tendrás la playera blanquiguinda, con una inteligencia de Lyon, pero con un corazón auriazul. Te estaremos esperando.

Gade: Tienes razón, es que la goya siempre está en la mente. Un abrazo amigo