Cuatro paredes pequeñas a lado de diversos compañeros de trabajo, módulos de plástico, música de todo tipo, ambiente pesado y tensión laboral. Es una atmósfera típica de las oficinas de trabajo. El viernes inicié mi servicio social en una de estos lugares tan ajenos para los estudiantes.
Afortunademente, mi labor será hacer reportajes, crónicas y entrevistas. Todo esto para ser publicado en la Gaceta de la UNAM. Así que me podrán leer en este periódico a quellos que estudien en esta universidad.
Las primeras horas en la oficina uno piensa en la cantidad de gente que está habituada a un ambiente como este, pero no para los periodistas. Kapuscinski decía que nunca pudo estar detrás de un escritorio y no me puedo imaginar a un García Márquez como burócrata de su revista Siempre.
Un reportero le gusta la calle, los eventos, aquellos lugares en los que uno es testigo y se convierte en uno más de lo que está sucediendo.
Sólo estuve media hora en la oficina y salí de inmediato para iniciar mi primer reportaje. Espero entregar un trabajo digno de publicarse y si es así, ya se los estaré enseñando.
domingo, febrero 20, 2005
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