Redacción en caliente

Esta vez no hubo tacleadas peligrosas, cuerpos en el aire con probabilidades de fallar su aterrizaje a lada de mi persona, balonasos de volibol, basquebol o futbol. Solo recibí unas cuantas salpicadas de agua y varias horas de sol que rostizaron mi piel.

Inició el Premundial de Polo Acuático y, con ello, los boletines por patido. Fuí mandado a cubrir el primer juego Brasil contra Canadá. Me quedé a lado de los jueces para escuchar sus comentarios. Al principio no entendía nada. Solo sabía cuando era gol, pero nunca comprendí cuales jugadas eran consideradas como faltas. Para el segundo partido conté con la explicasión de un árbitro español quien gentilmente me orientó.

Una vez terminado el partido, Canadá aplastó a Brasil 10-3, mi labor consistía en subir a la sala de prensa, redactar el partido y mandarlo a los medios como boletín. Todo en caliente. Sin tiempo de verificar anotadores. Por fortuna pude escribir pese al ruido del público y periodístas.

Lo bueno del día fue que aprendí a cronicar un partido de waterpolo y a enviarlo de inmediato. Lo malo fue el ardor del día siguiente sobre mi cara. (lele mucho).