viernes, junio 17, 2005

(Hagamos una pausa al deporte)

Si por un momento rompiéramos esquemas sociales, tabúes, paradigmas existenciales y pensamientos retrógradas. Si nos aventáramos al vacío sin el miedo a lo desconocido, camináramos con los ojos cerrados, abriéramos el alma y no dudáramos de lo inexistente.

Si por un rayo de lucidez dejáramos de pensar en tantos abismos de inseguridad profunda en un espacio cada vez más condicionado a la sumisión y la complacencia.

Otro revés de existencia utópica sería poder cristalizar nuestros pensamientos propositivos en acciones tangibles. Un espacio para el yo profundo y para el ello subsecuente. Un sistema sin funcionalismo estructurales prediseñados a un continuo que limite nuestra persona.

Quién no desearía ser quien es por un simple acto de liberación espontánea sin más intención que expresar su evolución crucial. Un anhelo cada vez más quimérico en la naturaleza falaz.

Hoy andaré a la orilla de una forma irreal con los ojos cerrados y los brazos abiertos por el gusto de sentir el suspiro de mi ser.

5 comentarios:

Dantés dijo...

Hey!! queremos más momentos de reflexión... sí! sí!
Un abrazo!

Gade Herrera dijo...

Si que sí momentos de reflexión... y unas chelas...

Chinísima dijo...

Más que nunca necesito cerrar mis ojos y dejar el miedo... Me encantó tu pensamiento!!!

Alex, de verdad agradezco tus comentarios en el ciberespacio, pero, sobre todo, tu amistad.

Nos andamos viendo... Un abrazo bien fuerte.

Anónimo dijo...

Primera vez que te escribo, pero es que la ocasión realmente lo amerita, con palabras has dicho lo que con tus hechos demuestras, y esa capacidad de escribir desde lo más profundo de tu ser solo es una pequeña muestra de lo grandioso que eres. Gracias por ser como ERES.

Espora del mal

Chitiva dijo...

Cómo se gozan los momentos reflexivos. Lo malo es que algunos míos pueden herir susceptibilidades y no se trata de usar un blog para dañar sentimientos. No en este. ¡Saludos a todos amigos! y a la nueva amiguita de la aventura bloguera. Qué honor tenerte por aquí Espora del mal.