martes, julio 12, 2005

El deporte como pretexto del arte, donde el arte es pretexto para el deporte

A tres días de vacaciones, el cerebro parece seguir en su lugar (aunque sea sólo en apariencia). Una de las actividades las cuales realizo en este periodo es la lectura de todo lo que llegue a mis manos. Las reflexiones de un señor llamado Angel Cappa han cautivado mis pensamientos a través de sus escritos socioculturales de lo que representa el futbol.

Me rehusaba a leerlo por el prejuicio de haber sido un entrenador gris hace varios años en el Atlante. Sin embargo, resulta que el señor es discípulo del argentino Cesar Luis Menotti. Quien no conoce todo lo significativo de este analista, sólo les diré que fue el entrenador quien llevó a la albiceleste ganar la Copa del Mundo en 1978.

Pese a lo cautivante del libro de Cappa, tengo la manía de leer varias revistas, periódicos, libros y diversos escritos al mismo tiempo. Esto, según mi querida maestra de fotografía, ocasiona tener una entropía bastante severa. No todo es negativo, este hábito genera tener un bagaje general de lo que pasa en diversos medios de nuestra sociedad.

Fue en la mañana cuando dejé el libro de Cappa para leer La Revista de El Universal. Un escrito me llamó la atención: Deportearte. Una introducción donde se explica lo lejano del arte con respecto al deporte me cautivó. A través de diversos ejemplos, se citan a diversos artistas plásticos quienes han generado creaciones culturales a partir de actividades físicas como la lucha, americano, box, béisbol y, por supuesto, el futbol.

Resulta que hay un artista quien, con apoyo de Fundación Televisa, se puso a editar diversas imágenes de la selección mexicana de futbol para crear una película donde México gana la Copa del Mundo al derrotar 17-1 a Brasil (No recuerdo con exactitud el marcador). El caso es que, con la ayuda de la computadora, ha cambiado elementos para generar el sueño más guajiro de varios millones de mexicanos amantes del balompié.

Esta cinta fue presentada en el Festival Internacional de cine en Sao Paulo, Brasil. En lugar de indignarse, la gente no paraba de reír ante imágenes irreales del subconsciente colectivo de un pueblo inferior en nivel futbolístico.

La primera vez que leí de este video fue en la sección cultural de Reforma el año pasado. Hasta la fecha no he podido observarlo y no sé si algún día estará, o estuvo en exhibición. Además de querer observarlo por pasión futbolera, está el interés cultural para una reflexión de aquel fenómeno lúdico-económico el cual es inseparable en cualquier ámbito. Incluso en el de las artes visuales.

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