El último día llegó. Si bien los días no rendían, los traslados eran maratónicos y dormía como 5 horas diarias, no quería que se acabara. He terminado mi estancia en la oficina auriazul del deporte universitario en medio de la melancolía y el agradecimiento.
Recuerdo mi primer día laboral cuando la jefa Vero, con un minuto de estancia, me dejó la primer chamba. Un reportaje a la escuela deportiva de la UNAM donde se describiera los orígenes, fundadores y objetivos de dicho lugar. Acto siguiente, me presentó la oficina y a los futuros compañeros.
Fue una investigación ardua a la cual dedique todo mi empeño y esfuerzo para mostrar que sí estaba a la altura de tareas reporteriles. Dos semanas después el escrito de la escuela deportiva estaba en nuestro periódico universitario.
De ahí en adelante fue un aprendizaje constante. Mis dos jefes se convirtieron en maestros particulares de periodismo especializado y sustituyeron al nefasto profesor de mi facultad. Con sus enseñanzas de cómo investigar, redactar y manejar la información de diversas disciplinas deportivas, se convirtió en todo un privilegio haber estado con ellos durante más de seis meses.
En estas lecciones recordaré con humildad las veces que me regresaron mis escritos por no estar a la altura de una investigación periodística y otras tantas que cometí errores de redacción.
En mi memoria quedarán las entrevistas a gimnastas, boxeadoras, frontenistas, karatecas, deportistas autóctonos, nadadores, futbolistas, andarines, ajedrecistas, basquetbolistas, voleibolistas de playa y sala, waterpolistas y un sin fin de entrenadores, que amablemente me dieron su testimonio del amor que le tienen a la Universidad pese a las carencias que existen en ellas.
No olvidaré mis primeros pininos en crónicas desde la alberca, del Olímpico Universitario, canchas de futbol, estadio Tapatío Méndez, gimnasio de box, dogo de karate, frontón cerrado en partidos de básquetbol, voleibol y gimnasia, arenal de playa y diversos lugares auriazules donde los deportistas Puma fueron siempre una nota por la cual escribir y una memoria por la cual soñar.
Instantes como una pelota purépecha en llamas, mi maestro de toda la vida Juan Rodríguez platicando sobre él -acto que no se repetirá en años, por la humildad que lo caracteriza-, mis búsquedas por teléfono de atletas internacionales "hechos en CU", entrevistas con el entrenador cubano de waterpolo Tito Diez, niños de 9 años nadando en una alberca de espuma, una basquetbolista como Angie remontando marcador para proclamarse campeona y más remembranzas, se quedarán presentes en las letras doradas de mi corazón formando por la UM.
El premundial de waterpolo fue mi primer acercamiento a un evento internacional donde sufrí con mi inglés pocho para hablar con Mister Baker, y mi español mexicano que me costaba trabajo entender al cubano Trueba o al entrenador argentino.
Mi visita al Estado de México para estar presente en dos finales de Universiada, una de básquet y otra de futbol. Siendo la segunda el que generó un sentimiento especial por ver a dos ex pupilas y, ante todo, amigas mías siendo campeonas nacionales.
Las participaciones que tuve en radio con el querido programa Goya Deportivo y sus conductores formaron una felicidad que suplían las desmañanadas de sábado. Hasta al acosador foquito rojo de la cabina será un motivo de extrañar.
Pero sobre todo, extrañaré a las personas que me ofrecieron una amistad mientras me enseñaban la manera de profesionalizar una pasión como es el deporte. Vero, Patodrunk, Moni, Javi, Jessi, Marco, Manolo, Gonzalo, George, Señor Sosa, Rodrigo y al estimadísimo Señor G, los tendré presentes toda la vida.
Gracias por enseñarme que el gusto por los deportes, el amor eterno a la Universidad y el periodismo se pueden conjugar para formar un estilo de vida dorado.
Porque la raza seguirá hablando por el espíritu........ por siempre.
domingo, septiembre 04, 2005
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4 comentarios:
PINCHE PUUTTOO PENDEJO. AHORA YA ¿TE PUEDES MATAR?. LLEGUÉ A ESTE BLOG PROMETIENDO SERÍA EL PEOR DE LA RED..LO ÉS.
ATTE. CARLOS FOSTER.
Goooyaa!!!
Que pena ya no poder buscar tus artículos en la Gaceta. Los seguiré por aquí, espero los subas...
Por otra parte, qué buena onda que aprovecharas lo que te enseñaron en este tiempo, la Universidad nos brinda una infinidad de conocimiento, que no es posible aprehender en sólo 4 años.
(por eso yo me voy a quedar otros 2, jeje, no es cierto)
saludos!!
Chitiva!! Chitiva!!
Pues que te puedo decir, creo que has cerrado una etapa increible en la que confirmaste tu camino, además de que aprendiste muchas cosas. Lo más importante es que continuas dejando huella en los lugares en los que escribes. Te deseo la mejor de las suertes en este nuevo andar.
Saludos ESPORÁdicos
Por siempre universitario...
Saludos azul y oro.
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