lunes, noviembre 28, 2005

Rivales de cancha, amigos de profesión

No importó que en el emparrillado, en los medios y en las decisiones de pantalón largo se hayan dado hasta con la cubeta. La anterior noche fue una sola comunidad: la del emparrillado estudiantil.

Era la cena de la entrega a los mejores jugadores de americano estudiantil. Una gala para galardonar a los mejores jugadores. A largo de nueve jornadas y postemporada, la lucha fue feroz. Las estrategias de juego fueron diversas y las emociones únicas.

En esta ocasión uno podía ver en una mesa a diversos entrenadores cambiando impresiones, al igual que jugadores de diversas casacas. De otro lado estaban los reporteros que difundieron el segundo deporte más popular del país.

Todos los protagonistas en un mismo lugar recordado que la lucha por el ovoide es un deporte de respeto y compañerismo que, si bien no está exento de problemas y desigualdades, es una de las pocas actividades que nos hacen recordar lo lúdico de nuestra naturaleza.

Lástima de mi dolor de estómago pues no pude comer nada de lo servido. Será el próximo año.

El vuelo del tucán desde el Olímpico

Nuevamente en el querido estadio de CU. Ahora no había que reportar lo que pasaba en su cancha ni en la pista de tartán, ni tampoco competía en alguna carrera con la meta a un lado del busto de Roberto "Tapatío" Méndez. Había que desfilar con los niños que entreno.

Fue maratónico soportar dos horas de control a los infantes con un ruido de otros mil niños alrededor. Al final, una buena experiencias para los pequeños el dar una vuelta olímpica en CU. Todavía no entran a las aulas de la máxima casa de estudios pero nadie niega que son parte de la comunidad universitaria.

domingo, noviembre 20, 2005

Vaya día!!!!!!!

De futbol, clavados y yardas, al tiempo en que se recorre la ciudad y se escribe sobre esto. Después de un largo rato de no redactar sobre fucho, llegó la orden de ir al majestuoso estadio del Pedregal. Ese que tiene muchas banderitas con el emblema del pajarito en azul y oro y con el busto del Tapa en un costado del campo.

Nuestros desmoronados, cojos y desarticulados auriazules tardaron en salir para su tradicional conferencia, tipo peje, sobre lo mucho que se encuentran unidos (sí claro, hasta el que no sabe de fut los ve súper confundios en el terreno de jugo).

La causa sobre su demora, fue una publicación del periódico hermano del diario español Marca. Este sacó una nota más chismosa que la TV y Novelas sobre rumores contra el pentapichichi. No estoy en contra de escritos negativos sobre Pumas, pero si cuando son puras especulaciones y no hay fuentes que lo aseguren.

Además de argumentar que no hablarían del tema, los jugadores dejaron claro que su meta es el partido contra los argentinos. Será un dificilísimo duelo pero los apoyaremos aunque sea desde la tele. ¡Échele Pumas!

Una vez terminada la visita a este rincón Universitario, correr a la redacción para dejar la nota hecha y comer algo. Esta prisa se debía a la llegada del niño de oro de los clavados. Viajó más de 20 horas para estar presente en la ceremonia al premio como un excelente deportista con el Chente y la Martita.

Las visitas al aeropuerto son de las peores cosas de estos gajes. Uno tiene que lidiar con compañeros, aficionados, familiares y molestos polecías ?si con e- quienes, según dicen, deben mover a la gente para no obstruir el paso de los viajantes.

Después de escuchar historias cómicas sobre lo difícil que es comunicarse en mandarín, hubo que correr nuevamente a la redacción para dejar la nota hecha. ¿Por qué? Pus porque el tocho iniciaba a las siete y había que hacer la crónica de emergencia por si la enviada no podía mandarla antes del cierre.

Era el clásico duelo regio entre los tecnológicos y los universitarios. Sin duda, mis ánimos eran con los Auténticos Tigres. Hay que parar esa dinastía pues al paso que van, alcanzarán la marca de 22 campeonatos de los legendario Pumas UNAM.

Lamentablemente perdieron los regios Tigres. Lo único bueno fue ver a Williamson El expreso del Norte como campeón. Pese a ser un borregio, es un chico a todo dar.

Una vez terminada la jornada, a descansar para el partido sabatino con mis pequeños gigantes en un duelo más por los sueños de ser libres del sistema por unos instantes y disfrutar lo lúdico de esto.

martes, noviembre 15, 2005

Cuando los toros se van al cielo

Fue una tarde nueva ante un mundo llamado: fiesta brava. Tenía cinco años, más o menos, cuando me llevaron por primera vez a los toros. Fui al coso poblano del Relicario en compañía de mis padres, un primo y mi abuelo.

Aquel cartel tenía la novedad de que David Silveti, quien la semana pasada cumplió dos años de su suicidio, le daba la alternativa al tlaxcalteco Rafael Ortega, ante la presencia de Manolo Arruza. Este último dicen que dio una cátedra de tauromaquia.

Caía la tarde y mis ojos se llenaron de asombro ante la valentía de un hombre quien se atrevía a realizar surtes ante un astado de media tonelada. Todo fue sorpresa hasta que llegó el momento de muerte del primer toro.

Me entró preocupación por ver morir a un animal y miré a mi mamá para preguntarle "¿verdad que los toros también van al cielo?".

El domingo pasado presencié aquel matador que sorprendió mi primera lidia. Era Manolo Arruza en su regreso al ruedo de Insurgentes. Era mi debut como cronista taurino.

De hecho, mi primer escrito de toros fue la llegada del niño madrileño que hoy en día ya no es ningún infante. Esa mismo tarde me tocó redactar la nota del segundo aniversario luctoso de Silveti, y esos fueron mis primeros escrito sobre el mundo de la tauromaquia. Vaya coincidencia.

El sábado por la noche me dieron la orden de trabajo de cubrir la corrida de la segunda fecha de la Temporada Grande. Pese a mi miedo con la redacción por los términos precisos, barrocos y cabales, acepté de inmediato.

Fue una tarde accidentada porque todos los toreros, a excepción de Arruza, fueron embestidos por los bureles. Pero la escena más escalofriante fue la del pobre caballo tango, de la rejoneadora francesa, después de ser puyada por uno de los pitones del animal en la parte inferior del tronco del corcel.

Una vez terminada la lidia, a correr a toda velocidad para redactar. Con un café de maquinita, las palabras brotaron del teclado y la nota estaba concluida. Al observar las fotos de aquella escena penosa, no dudé que también los caballos van al cielo.

domingo, noviembre 06, 2005

Ah qué tiempos los de la Inter!!!!!

Algunos más flaquitos, otros redonditos, con barba y nuevos tatuajes. Después de un largo tiempo de no verlos estaba con mis compas en una fiesta donde nos reunimos para escuchar al increíble y querido FOMY.

Fue una noche de remembranza, añoranza y recuerdo. Ahí estaba mi mejor amigo de la primaria. Ya no tenía picos, ni collares con más picos. Ahora tenía el cabello largo con barba y nuevos tatuajes de unas serpientes enroscadas en su espalda y una calaca en su brazo derecho.

Desde primaria nos sorprendía por correr a los casilleros para pegarse con la cabeza y salir ileso de la colisión. No ha cambiado nada. El viernes, sin importar el frío descomunal, se quitó su ropa y corrió a la alberca de la fiesta.

Después nos debatimos en una charla sobre el nuevo parque de béisbol en nuestra querida universidad y el impacto ambiental que provocaría. Aun púberes, nos enfrascábamos en charlas largas con temas como si existía el año cero o no mientras inventábamos diversos juegos extremos. Esto no ha cambiado.

También estuvo mi amigo gordito que ahora es más flaco que yo, el que su mamá intentó en vano enseñarme inglés, con el que disputábamos duelos férreos de fucho y básquet y hasta el que siempre tuvo vocación de ser todo un don Juan con las chicas y lo sigue siendo.

Fueron cinco amigos de la infancia con quienes cambiamos las horas de futbol, por tardeadas y fiestas secundarescas, videojuegos por salidos con chicas, trabajos escolares por tarros de cerveza.

Lo curioso del asunto es que ahora tengo el mismo peinado de la secundaria. Atrás quedó el cabello color azul, verde, el rape militar o corto con mucos kilos de gel y el largo de principito. Buena fiesta con los queridos compas.

miércoles, noviembre 02, 2005

De misterios y el muerto del pedregal

Mi cuerpo se elevó dos metros de la cama. El techo de yeso blanco, rozaba mi nariz mientras con las manos tocaba las cortinas corridas que dejaban filtrar la luz de un nuevo día.

En un movimiento voluntario, giré la vista al suelo en busca de la alfombra color vino de mi cuarto. Fue justo en ese momento cuando observé un niño acostado en la cama, abrazando a Picatito y en un sueño profundo.

Acostado de lado, tapado por un edredón blanco con azul y tapizado de personajes de Walt Disney. Unos ojos cerrados y con la boca semi abierta, me aclararon que se trataba de mí.

No lo podía entender pero por una extraña razón flotaba sobre mi propio cuerpo y no aparecía ningún sentimiento de temor. Al hacer conciencia de la situación, busqué otra vez voltear la mirada al techo pero éste había desaparecido.

En su lugar estaba un túnel oscuro de una gran profundidad con una luz del otro extremo. Cuando enfoque la vista en esta extraña emisión, sentí un fuerte jalón de vuelta a la cama.
En ese mismo instante abrí los ojos y estaba en la misma posición en la cual me había visto momentos antes.

Pese a los escasos siete años que tenía, recuerdo ese acontecimiento como una extraña sensación de reflexión existencial. La única explicación que le encontré a lo sucedido fue que al ser un día de muertos la calaca, tica y flaca, me había enseñado por un instante la entrada de lo que en algún día será nuestra próxima aventura.

Con respecto a la salida de Hugo Sánchez de nuestro queridos Pumas, ya para qué hacer coraje. Mejor que esta calaverita exprese mi opinión al respecto.

HUGOL

Ayer se nos fue don Hugo
de las tierras del pedregal.
No importó los trofeos que tuvo
¡¡¡¡Arturo Elías Ayub es un animal!!!!

Gracias pentapichichi por regresarnos la gloria,
después de 13 años de maldición.
Armaste a unos Pumas de garra y furia
que glorificaron nuestra tradición.

No es un adiós sino un hasta pronto,
porque la calaca aun no llama a tu hora.
Y, como es mi costumbre, nunca miento,
al decir que la verdadera afición por tu regreso implora.

Catrina traviesa, pero sabia y comprensiva,
te pedimos que mejor te lleves de esta morada
a Botero, Marioni, y el resto de la comitiva;
para que no quede duda, que tu camisa es dorada.