Peinado a media altura, ojos expresivos, cristalinos y hasta reflexivos. Oidos afectivos de palabras puras. Cabello ondulado, terso. Cejas finas, detalladas. Nariz suave y aduladora. Labios tibios, expresivos, conductores de mensajes cálidos y versátiles. Piel dulce, sensible a mis sentimientos, receptora de mis ideales.
Manos nítidas ante nubes imaginarias. Brazo lastimado, ante quejas inevitables del pasado. Uñas aferradas a la belleza, denotan futuro cariño de hijos. Cicatrices externas, sinónimos de aventura y espíritu bohémio.
Torso escultural, irradia hermosura de acento astral. Cintura de parábola, diacrónias de mi gozo. Laberinto en espiral, rodea un ombligo cargado en afecto. Pequeños pies, devoción de mi recuerdo.
Corazón cargado de tranquilidad, anhelo de cultura, sediento de ternura, imposible no querer. No dejes que cese el palpitar de un sentimiento, ente de nuestra razón, fruto de nuestra creación. Pensamiento formado de agudeza descomunal, con sabidura plena y creciente.
Devota a la armonia inglesa sin desdeñar al ritmo de Tacvba. Talento en el piano, finura en el tacto. Conocedora de títeres, nueva amante de payasos. Adicta a las dulzura frutal pese a lo artificial del producto. Sincera con la confidente Nicha, fiel con el amigo Dante.
Gustosa del proyector, O' higgins, Mafalda, los Beatles, Cold Play, conciertos, Kapuscinski, Rivadenyra, cafés frios con azucar y más azucar, tintes azules, estrellas infinitas, rojiblanca por tradición, auriazul por convicción.
Retractora de los engreidos, ignorancia, abusos de poder, ritmos comerciales, churros fílmicos, profesores carentes, descortesías y actos que denoten desatención.
Perfectible en la ortografía, minuciosa en la redacción, inagotable en imaginación, periodista talentosa con un futuro prometedor.
Única entre mis sueños, pieza clave de mi sentir.
Porque tens meu carinho, perdáo se te cansei
jueves, marzo 31, 2005
martes, marzo 29, 2005
Dónde estás que te necesito
Suspiré por él. Lo busqué por todas partes y no pude encontrarlo. Su ausencia ha invadido mi subconciente somnífero. Mi tranquilidad depende de su presencia pese a tener otros quien sofoquen mi sentir.
Cómo olvidar los momentos de aprietos en los que logró minimizar mi ansiedad ante los entes coléricos exigiendo mi cabeza. La cuesta a Plateros no representó un tormento tan irascible pese a lo extenso del camino y la temperatura infernal de alrededor.
La obstrucción en el camino rumbo a la utópica universidad fue otro episodio en el que su mirada minimizó mi pánico invernal. Inclusó fungió como guía en nuestra expedición a las playas exóticas del sur. Soportó embestidas, travas, barrancos y castigos de la naturaleza sin mostrar un rasgo de reprocho.
¿Donde estás burro? ¿Quien suplantará al guardían de mis caminos? ¿Qué otra voz hipnotizará mis sentimientos contradictorios para evitar colisiones cantadas? Guardo la esperanza de una sincronía que te devuelva a mis manos y de fin a mi pena.
NOTA: Burro es una pequeña figurita que se encontraba en mi coche hasta la semana pasada.
Cómo olvidar los momentos de aprietos en los que logró minimizar mi ansiedad ante los entes coléricos exigiendo mi cabeza. La cuesta a Plateros no representó un tormento tan irascible pese a lo extenso del camino y la temperatura infernal de alrededor.
La obstrucción en el camino rumbo a la utópica universidad fue otro episodio en el que su mirada minimizó mi pánico invernal. Inclusó fungió como guía en nuestra expedición a las playas exóticas del sur. Soportó embestidas, travas, barrancos y castigos de la naturaleza sin mostrar un rasgo de reprocho.
¿Donde estás burro? ¿Quien suplantará al guardían de mis caminos? ¿Qué otra voz hipnotizará mis sentimientos contradictorios para evitar colisiones cantadas? Guardo la esperanza de una sincronía que te devuelva a mis manos y de fin a mi pena.
NOTA: Burro es una pequeña figurita que se encontraba en mi coche hasta la semana pasada.
lunes, marzo 28, 2005
El reencuentro con el "Pajarito" Andrade
Quién no recuerda el logotipo del Puma en alguna playera de futbol, bandera o en algún rincón de la Universidad. El emblema deportivo de la UNAM es parte de la historia de nuestra máxima casa de estudios que ha vivido infinidad de hazañas deportivas. El año pasado cumplio 30 años de exitencia y está más vivo que nunca.
Su creador es el "Pajarito" Andrade a quien por cierto no le han dado un centavo de regalías pese a que diversas marcas deportivas la han explotado. De estatura baja, cabello aferrándose a la cabeza, bigote de artista y unos ojos rasgados reflejo de tranquilidad, reencarna al puma y se autodenomina como el jugador número 13.
Hoy fue al servicio y recordó aquella tarde de octubre cuando lo entrevisté enmedio de una tromba descomunal. Fue una charla amena donde las metáforas rondaron por sus declaraciones y me dieron material suficiente para hablar del puma dorado presente en los atletas universitarios con la capacidad de volar a donde quiera.
"Cómo no voy a acordarme de tí si llevas mi segun apellido" remebró el pajarito mientras me enseñaba uno de sus tradicionales cuadros con el puma en azul y oro. El señor Andrade, sin duda, pasará a la historia como el padre del puma quien dio un motivo para dejar hablar al espíritu en las canchas y así enaltecer al emblema deportivo de nuestra universidad.
Su creador es el "Pajarito" Andrade a quien por cierto no le han dado un centavo de regalías pese a que diversas marcas deportivas la han explotado. De estatura baja, cabello aferrándose a la cabeza, bigote de artista y unos ojos rasgados reflejo de tranquilidad, reencarna al puma y se autodenomina como el jugador número 13.
Hoy fue al servicio y recordó aquella tarde de octubre cuando lo entrevisté enmedio de una tromba descomunal. Fue una charla amena donde las metáforas rondaron por sus declaraciones y me dieron material suficiente para hablar del puma dorado presente en los atletas universitarios con la capacidad de volar a donde quiera.
"Cómo no voy a acordarme de tí si llevas mi segun apellido" remebró el pajarito mientras me enseñaba uno de sus tradicionales cuadros con el puma en azul y oro. El señor Andrade, sin duda, pasará a la historia como el padre del puma quien dio un motivo para dejar hablar al espíritu en las canchas y así enaltecer al emblema deportivo de nuestra universidad.
domingo, marzo 27, 2005
Atlixco para el estrés
¿Cómo sobrevivir a los instintos esquizofrénicos de una ciudad que incita a la violencia, actos irracionales y enfrentamientos ocasionales? ¿De dónde sacar fuerzas para ser el chico sereno, amistoso y a quien no carga mala leche con sus cercanos? Facil. Visitando Atlixco de las Flores.
Cada espacio vacacional no puedo dejar de asistir a este rincón del estado de Puebla donde recargo baterías para sobrellevar mi vida en la capirucha. Si es cierto que adoro la capital, es verdad que uno necesita válvulas de escape para no convertirse en un prepotente más.
La maravilla de esta ciudad es lo cerca de sus comercios, la vida sin complicaciones materiales, los espacios para practicar deporte, el tradicional mercado con cecina exquicita junto a los tacos de macisa.
Atlixco es inconfundible porque a la mitad de la ciudad, a un costado del zócalo, se localiza el cerro de San Miguel que se encuentra rodeado de casas coloniales. En la punta de éste se encuentra una pequeña capilla que, por cierto, núnca he visto abierta.
De últimos años para acá cuenta con varios cafés, restaurantes y varios antros que lo han convertido en un lugar turístico por excelencia. Sin embargo, ninguno de estos comercios le hace sombra al tradicional sorbete o a los esquimos del Caribe.
Para cerrar con broche de oro es el único lugar donde puedo disfrutar de los frijoles de la abuela, las pláticas con los primos, las retas panboleras, sueños confortables en un tapanco, fotos de mis antepasados -como las de mis padres en atuendos setenteros-, fiestas decembrinas y convivencia con sobrinos que cada día se vuelven más numerosos.
Es el lugar que nutre mi persona y recuerda mis orígenes.
Cada espacio vacacional no puedo dejar de asistir a este rincón del estado de Puebla donde recargo baterías para sobrellevar mi vida en la capirucha. Si es cierto que adoro la capital, es verdad que uno necesita válvulas de escape para no convertirse en un prepotente más.
La maravilla de esta ciudad es lo cerca de sus comercios, la vida sin complicaciones materiales, los espacios para practicar deporte, el tradicional mercado con cecina exquicita junto a los tacos de macisa.
Atlixco es inconfundible porque a la mitad de la ciudad, a un costado del zócalo, se localiza el cerro de San Miguel que se encuentra rodeado de casas coloniales. En la punta de éste se encuentra una pequeña capilla que, por cierto, núnca he visto abierta.
De últimos años para acá cuenta con varios cafés, restaurantes y varios antros que lo han convertido en un lugar turístico por excelencia. Sin embargo, ninguno de estos comercios le hace sombra al tradicional sorbete o a los esquimos del Caribe.
Para cerrar con broche de oro es el único lugar donde puedo disfrutar de los frijoles de la abuela, las pláticas con los primos, las retas panboleras, sueños confortables en un tapanco, fotos de mis antepasados -como las de mis padres en atuendos setenteros-, fiestas decembrinas y convivencia con sobrinos que cada día se vuelven más numerosos.
Es el lugar que nutre mi persona y recuerda mis orígenes.
martes, marzo 22, 2005
Viejas glorias reunidas otra vez
Lo que bien se aprende uno nunca lo olvida. En un escape urgente de la vida citadina ausente de espacios libres, fui a Temixco con amigos futboleros coyotescos. Un encuentro en el que revivimos viejas glorias en un pasto existente. (Lo de pasto existente es porque en la prepa jugábamos en un pasto inexistente)
Un día anterior me llemó una amiga de la prepa, la cual no la veía desde casí dos años, para invitarme a parrandear por Morelos. Mis viajes cancelados fueron los argumentos para aceptar de inmediato.
Después de una kekas obligadas en Tres Marías -recomiendo la de honogos con queso- nuestra parada fue en un centro vacacional con el atractivo de tres canchas empastadas de futbol. En realidad sólo son dos ya que una la abrieron para habilirarla como estacionamiento.
Nuestro impulso futbolero nos llevó a pelotear, dribliar, tirar a gol y recordad tantas tardes que tostaron nuestra ya oscura piel. Nina era la delantera de poder, inconfundible con el número 8 en la espalda, quien metió aquel legendario gol en un partido amistoso contra la Ibero. Tremendo susto nos dio cuando en un partido contra la prepa 1 salio volando después de chocar con una portera que le ocacionó una fractura en el brazo izquierdo.
Para no hacerme olvidar las veces que fui su enfermero la atendí por un calambre sufrido por el tiempo de juego bajo un sol nuevecito de primavera. Richard fue el otro coyote presente. Su juego ha mejorado enormemente porque nó ha abandonado las canchas. Hoy en día es medio de la selección de su Universidad.
El juego otra vez se convierte como un pretexto para juntar a viejas amistades que dieron gloria a nuestra querida prepa de Coyoacán.
.........El balón sigue rodando.
Un día anterior me llemó una amiga de la prepa, la cual no la veía desde casí dos años, para invitarme a parrandear por Morelos. Mis viajes cancelados fueron los argumentos para aceptar de inmediato.
Después de una kekas obligadas en Tres Marías -recomiendo la de honogos con queso- nuestra parada fue en un centro vacacional con el atractivo de tres canchas empastadas de futbol. En realidad sólo son dos ya que una la abrieron para habilirarla como estacionamiento.
Nuestro impulso futbolero nos llevó a pelotear, dribliar, tirar a gol y recordad tantas tardes que tostaron nuestra ya oscura piel. Nina era la delantera de poder, inconfundible con el número 8 en la espalda, quien metió aquel legendario gol en un partido amistoso contra la Ibero. Tremendo susto nos dio cuando en un partido contra la prepa 1 salio volando después de chocar con una portera que le ocacionó una fractura en el brazo izquierdo.
Para no hacerme olvidar las veces que fui su enfermero la atendí por un calambre sufrido por el tiempo de juego bajo un sol nuevecito de primavera. Richard fue el otro coyote presente. Su juego ha mejorado enormemente porque nó ha abandonado las canchas. Hoy en día es medio de la selección de su Universidad.
El juego otra vez se convierte como un pretexto para juntar a viejas amistades que dieron gloria a nuestra querida prepa de Coyoacán.
.........El balón sigue rodando.
sábado, marzo 19, 2005
Malditas faltas inesperadas.(Reseña futbolera: La ocasión lo ameritaba)
Las chicas de la Universidad de futbol rápido se jugaban el todo por el todo. Su rival en puntos para pasar a la semifinal, ciertas borregas mexiquences, acababan de ganar 8-0 y las ponía con un mayor número de goles anotados. El juego entre la UNAM contra la ESEF definiría si las auriazules pasaban a la semifinal o el Tec le haría compañia a las futuras educadoras físicas en la siguiente ronda.
Como buen periodista, sin tratar de sonar pretencioso, pregunté los márcadores de los otros tres equipos que conformaban el grupo de las Universitarias. Mis cuentas me decián que las chicas pasaban con el simple empate. Si perdían, que no fuera por una diferencia mayor a un gol y que anotaran tres goles.
Cada balón se disputó con fiereza. En una batalla memorable, las pumas lucharon a campo abierto sin tregua ni condolencias. Los goles empezaron a caer. Derrota, empate, derrota, empate y derrota. Las chicas siempre tuvieron que buscar remontar las anotaciones.
Por momentos me convertí en una especie de letrero electrónico pues a cada gol checaba mis estadísticas y los espectadores me preguntaban si las Universitarias estaban afuera. En los últimos minutos un gol de las pumas daba la esperanza. Marcador final4-3. Mis cuentas no daban crédito a lo sucedido.
Resulta que habían empatado en puntos con las borregas de Toluca. Críterio de desempate diferencia de goles. +2 y +2. Siguente criterio, mayor número de goles anotados: 12 y 12. por ende empatadas tambien en número de goles encontra.
Algo insólito. Empate en todo. La lógica diría que el siguiente criterio sería el enfrentamiento directo, lo cual le hubiera dado el pase a las Universitarias pues habian goleado a las borregas. Pero no fue así. Según el reglamento el criterio de desmpate sería el número de faltas cometidas.
Mientras se revisaba las reglas y daban un veredicto final, la espera fue insoportable. Todas las jugadoras caminaban de un lado para otro. Algunas se cambiaban mientras aparecían las caras de resignación. Lo que fueron cinco minutos, se convirtió en décadas de latidos intactos y espectantes.
Despues de checar cada acta de los juegos disputados, las borregas clasificaron y así terminaron con el sueño de las auriazules. Son momentos de una melancolía acompañado de insatisfacción y un poco de coraje por haber perdido por algon tan irracional como el número de faltas.
Una medida de desempate que no cambia en nada si se hubiera realizado un volado. Fue un partido que sufrí como expectador y no pude guardar la supuesta objetividad del periodista. En varias ocasiones salté de mi lugar y lancé un par de goyas. Pero ¿Quién no recuerda a Enrique Garay narrando la final de los 400 metros en las Olimpiadas pasadas?
"Arranca la final de los 400 metros rama femenil... ¡¡¡Vamos Ana!!!!" [...]
Como buen periodista, sin tratar de sonar pretencioso, pregunté los márcadores de los otros tres equipos que conformaban el grupo de las Universitarias. Mis cuentas me decián que las chicas pasaban con el simple empate. Si perdían, que no fuera por una diferencia mayor a un gol y que anotaran tres goles.
Cada balón se disputó con fiereza. En una batalla memorable, las pumas lucharon a campo abierto sin tregua ni condolencias. Los goles empezaron a caer. Derrota, empate, derrota, empate y derrota. Las chicas siempre tuvieron que buscar remontar las anotaciones.
Por momentos me convertí en una especie de letrero electrónico pues a cada gol checaba mis estadísticas y los espectadores me preguntaban si las Universitarias estaban afuera. En los últimos minutos un gol de las pumas daba la esperanza. Marcador final4-3. Mis cuentas no daban crédito a lo sucedido.
Resulta que habían empatado en puntos con las borregas de Toluca. Críterio de desempate diferencia de goles. +2 y +2. Siguente criterio, mayor número de goles anotados: 12 y 12. por ende empatadas tambien en número de goles encontra.
Algo insólito. Empate en todo. La lógica diría que el siguiente criterio sería el enfrentamiento directo, lo cual le hubiera dado el pase a las Universitarias pues habian goleado a las borregas. Pero no fue así. Según el reglamento el criterio de desmpate sería el número de faltas cometidas.
Mientras se revisaba las reglas y daban un veredicto final, la espera fue insoportable. Todas las jugadoras caminaban de un lado para otro. Algunas se cambiaban mientras aparecían las caras de resignación. Lo que fueron cinco minutos, se convirtió en décadas de latidos intactos y espectantes.
Despues de checar cada acta de los juegos disputados, las borregas clasificaron y así terminaron con el sueño de las auriazules. Son momentos de una melancolía acompañado de insatisfacción y un poco de coraje por haber perdido por algon tan irracional como el número de faltas.
Una medida de desempate que no cambia en nada si se hubiera realizado un volado. Fue un partido que sufrí como expectador y no pude guardar la supuesta objetividad del periodista. En varias ocasiones salté de mi lugar y lancé un par de goyas. Pero ¿Quién no recuerda a Enrique Garay narrando la final de los 400 metros en las Olimpiadas pasadas?
"Arranca la final de los 400 metros rama femenil... ¡¡¡Vamos Ana!!!!" [...]
jueves, marzo 17, 2005
De Xochimilco a Bellas Artes
Vaya que ha sido una semana llena de actividades deportivas y de varias notas qué realizar. Lunes: partido de voleibol de sala en CU. Resultado: Ganaron las chicas. Martes: volibol de playa en la UIC. Resultado: victoria de las auriazules, lástima que perdieron la final al siguiente día. Miercoles: futbol rápido en la UAM Xochimilco. Resultado: victoria de las Universitarias. Jueves: Futbol Rápido Resultado: exposicíon escolar, no pude llegar. Seguramente han de haber ganado
Es una semana llena de actividades por ser la competencia Regional rumbo a la Universiada 2005. Mi ignorancia del volibol es menor. Ahora entiendo las posiciones, puntos y mis escritos empiezan a tener tecnicismos del deporte.
Lo negativo de tanta actividad es que mi piel se está poniendo pachichi, mis ojeras contrastan más con lo quemado de mi piel. Las horas de sueño no sé cómo se recuperan y no puedo leer en el transporte por que no conozco del todo las rutas a las universidades.
Por otro lado, la pasión con que se juegan las competencias llenan de energía a todos los presentes. El orgullo de defender a su universidad es un sentimiento notorio de cada deportista. Hoy no estoy en el campo del juego, pero desde las tribunas uno sigue sintiendo esa sensación de quere ganar cada punto, gol, set que está en disputa.
El deporte sigue vivo.
NOTA CULTURAL:
Se presentó el libro de mi querida maestra Lucia en Bellas Artes. Maravillosa presentación, de un excelso libro. Para quien ama los toros y el amor apasionado, es un texto muy recomendable. Para todos es muy recomendable.
Es una semana llena de actividades por ser la competencia Regional rumbo a la Universiada 2005. Mi ignorancia del volibol es menor. Ahora entiendo las posiciones, puntos y mis escritos empiezan a tener tecnicismos del deporte.
Lo negativo de tanta actividad es que mi piel se está poniendo pachichi, mis ojeras contrastan más con lo quemado de mi piel. Las horas de sueño no sé cómo se recuperan y no puedo leer en el transporte por que no conozco del todo las rutas a las universidades.
Por otro lado, la pasión con que se juegan las competencias llenan de energía a todos los presentes. El orgullo de defender a su universidad es un sentimiento notorio de cada deportista. Hoy no estoy en el campo del juego, pero desde las tribunas uno sigue sintiendo esa sensación de quere ganar cada punto, gol, set que está en disputa.
El deporte sigue vivo.
NOTA CULTURAL:
Se presentó el libro de mi querida maestra Lucia en Bellas Artes. Maravillosa presentación, de un excelso libro. Para quien ama los toros y el amor apasionado, es un texto muy recomendable. Para todos es muy recomendable.
lunes, marzo 14, 2005
Primera publicación
Una semana de entrevistas con diversos entrenadores, deportistas y recurrentes visitas a la biblioteca, tuvo su recompensa. En la Gaceta de hoy salió mi primer escrito en la seccion deportiva. Satisfactorio. Así de facil.
He de confesar que fue uno de los reportajes a los que más dedicacion le puse. Nunca había realizado tantas entrevistas para conocer todo hacerca de mi tema. Valio la pena.
Uno como periodista tiene diversas satisfacciones. Algunas son al momento de buscar la manera de conseguir la información. Otras cuando se ha consegido la codiciada entrevista. Pero, sin duda, no hay comparación como cuando uno ve su nombre publicado abajito del titular del esctrito impreso con el inconfundible olor a tinta fresca.
Para quienes no van en la Universidad, o si van pero no leyeron la gaceta de hoy, escribí un reportaje hacerca de un centro de enseñanza deportiva. Espero que sea el principio de muchos escritos más. Todo por el aroma de las letras recien impresas.
He de confesar que fue uno de los reportajes a los que más dedicacion le puse. Nunca había realizado tantas entrevistas para conocer todo hacerca de mi tema. Valio la pena.
Uno como periodista tiene diversas satisfacciones. Algunas son al momento de buscar la manera de conseguir la información. Otras cuando se ha consegido la codiciada entrevista. Pero, sin duda, no hay comparación como cuando uno ve su nombre publicado abajito del titular del esctrito impreso con el inconfundible olor a tinta fresca.
Para quienes no van en la Universidad, o si van pero no leyeron la gaceta de hoy, escribí un reportaje hacerca de un centro de enseñanza deportiva. Espero que sea el principio de muchos escritos más. Todo por el aroma de las letras recien impresas.
domingo, marzo 13, 2005
El clásico futbol de mis vecinos
Hoy hubo clásico. Ni lo ví. No es porque no le vaya a las Chivas o porque no odie ni tantito al America, solo que hubo mucha tarea por hacer. Sin embargo, si ví todos los goles.
Resulta que en la casa de a lado tengo unos vecinos -dos chicos un poco más jóvenes que yo- bastante hinchas de los pajarracos de coapa. Siempre que juega el América, me entero por sus histriónicos gritos. Hoy no fue la excepción.
Del otro lado está la casa de mis padres. Mi apá es aficionado rojiblanco quien adoptó los colores auriazules por solidaridarse con su hijo. Ahora es fan de los galácticos del pedregal aunque tiene muy claro a quién le va en el clásico mexicano.
Mientras redactaba una entrevista de un vendedor de periodicos. Escuché seis gritos de gol. Tres por cada casa. Tal parece que es un duelo de saber quién tiene las amígdalas más grandes al momento de cantar un gol. De hecho en el último tanto americanista, mis vecinos abrieron su puerta para que se escuchara más fuerte su grito. Un comportamiento bastante Kitsch.
Mi apá no se quedó corto y entonó un goooooooooooooooooooooooolllllllllllllllllllllll tan largo que no sospecho que otra vez se le halla brotado el derrame en su ojo izquierdo.
En fin, qué bueno que ninguno de estos equipos jugó contra los albañiles azules, porque el grito de competencia es contra el señor de la tintoreria que está cruzando la calle. En una ocasión mi loco -pero muy querido- apá abrió la ventana para gritarle al señor un gol de los pumas contra los azulinos.
Es la pasión panbolera de la que no me quejo, pues no tengo que aplastarme dos productivas horas a ver un partido si mis vecinos me tienen al tanto de los goles. ¿Se imaginan el cuadro tan pintoresco que se dio en los partidos de la selección mexicana en la pasada copa del mundo cuando jugaban a las 3 de la mañana?
Resulta que en la casa de a lado tengo unos vecinos -dos chicos un poco más jóvenes que yo- bastante hinchas de los pajarracos de coapa. Siempre que juega el América, me entero por sus histriónicos gritos. Hoy no fue la excepción.
Del otro lado está la casa de mis padres. Mi apá es aficionado rojiblanco quien adoptó los colores auriazules por solidaridarse con su hijo. Ahora es fan de los galácticos del pedregal aunque tiene muy claro a quién le va en el clásico mexicano.
Mientras redactaba una entrevista de un vendedor de periodicos. Escuché seis gritos de gol. Tres por cada casa. Tal parece que es un duelo de saber quién tiene las amígdalas más grandes al momento de cantar un gol. De hecho en el último tanto americanista, mis vecinos abrieron su puerta para que se escuchara más fuerte su grito. Un comportamiento bastante Kitsch.
Mi apá no se quedó corto y entonó un goooooooooooooooooooooooolllllllllllllllllllllll tan largo que no sospecho que otra vez se le halla brotado el derrame en su ojo izquierdo.
En fin, qué bueno que ninguno de estos equipos jugó contra los albañiles azules, porque el grito de competencia es contra el señor de la tintoreria que está cruzando la calle. En una ocasión mi loco -pero muy querido- apá abrió la ventana para gritarle al señor un gol de los pumas contra los azulinos.
Es la pasión panbolera de la que no me quejo, pues no tengo que aplastarme dos productivas horas a ver un partido si mis vecinos me tienen al tanto de los goles. ¿Se imaginan el cuadro tan pintoresco que se dio en los partidos de la selección mexicana en la pasada copa del mundo cuando jugaban a las 3 de la mañana?
viernes, marzo 11, 2005
Un mes de bloggear: saldo positivo
Ha pasado un poco más de un mes desde que abrí este espacio bloggero. Todavía no escribo como Kapuscinski, no he tenido la narrativa de Gunter Walraf, casi no he hablado de periodismo tipo Leñero y Gabriel Garcí Marquez es una meta a muy largo plazo.
Pero el saldo es bastante positivo. La redacción va mejorando, mis tareas las termino en menos tiempo, casi erradico mi problema de "queismo" y tengo un espacio para seguir alimentando mi egolatría (jajajajaa... ay de este blog, y todo lo que le falta soportar).
En la niñez, cada día más lejana, intenté escribir un diario. Mi papá me regaló una pequeña libreta para apuntar lo que había hecho en el día. ...me levanté, desayuné, fui a la escuela, vi tele, dormí [...]. Al poco tiempo lo boté y no supe más de ese cuaderno.
En mi secundaria-prepa, no recuerdo con exactitud, escribí un registro de mis sueños. Abajo de la cama coloqué una libreta. Cada que tenía un sueño, al despertar la abría y escribía lo que había soñado. Me di cuenta del gran complejo de héroe que tengo. ...salté de un edificio, para caer en un avión. El asesino me perseguía pero me aventaba al mar y lograba escapar de él. [...]
Querido blog, espero no estés enojado por los cambios narrativos que en tí he puesto. Al fin y acabo yo te escribo y !Te aguantas! Gracias por darme un espacio para ejercitar mi lenguaje periodístico. No creas que te dejaré descansar porque lo de ser periodística es un gusanito que durará toda la vida. No te aflijas, algún día te cambiaré por las hojas de un libro.
Pero el saldo es bastante positivo. La redacción va mejorando, mis tareas las termino en menos tiempo, casi erradico mi problema de "queismo" y tengo un espacio para seguir alimentando mi egolatría (jajajajaa... ay de este blog, y todo lo que le falta soportar).
En la niñez, cada día más lejana, intenté escribir un diario. Mi papá me regaló una pequeña libreta para apuntar lo que había hecho en el día. ...me levanté, desayuné, fui a la escuela, vi tele, dormí [...]. Al poco tiempo lo boté y no supe más de ese cuaderno.
En mi secundaria-prepa, no recuerdo con exactitud, escribí un registro de mis sueños. Abajo de la cama coloqué una libreta. Cada que tenía un sueño, al despertar la abría y escribía lo que había soñado. Me di cuenta del gran complejo de héroe que tengo. ...salté de un edificio, para caer en un avión. El asesino me perseguía pero me aventaba al mar y lograba escapar de él. [...]
Querido blog, espero no estés enojado por los cambios narrativos que en tí he puesto. Al fin y acabo yo te escribo y !Te aguantas! Gracias por darme un espacio para ejercitar mi lenguaje periodístico. No creas que te dejaré descansar porque lo de ser periodística es un gusanito que durará toda la vida. No te aflijas, algún día te cambiaré por las hojas de un libro.
jueves, marzo 10, 2005
El pacto entre el esférico y mi persona
Corrí tras el balón, lo recibí y lo pasé a mi compañero al costado derecho -estábamos a la mitad de un inter escuadras-, me regresó la pared y me dejó enfrente contra el portero. Intenté tocar suavecito pero la barrida del cancerbero me ganó y salí disparado contra la pared.
Todo mi pecho se estrello con el muro de concreto, pero -milagrosamente- la cara no recibió el impacto y sólo salí con un raspon en el brazo que fungió como colchon de mi nariz. Es una suerte de muchas que he tenido en el futbol de no salir lastimado de gravedad.
Puede ser que tenga un ángel de la guarda, o que mis cábalas sí sirvan e incluso he pensado que el futbol y yo hicimos un pacto de nunca hacernos daño. Me inclino por la primera.
Cuando iba en la prepa, me encontraba calentado previo a un partido. Carazo me mandaba el balón al pecho y lo amortiguaba para despues agarrarla. No me percaté que poco a poco retrocedí hasta estar a lado del poste de mi porteria.
En un movimieto inoportuno, el balón dobló mis manos y se elevo por encima de mi cabeza. Giré con la intención de atraparlo, pero me impacté con el poste. Para mi buena suerte, bendición angelical, o un pacto con el diabo, sólo mi cachete chocó con la portería. Solo tuve un raspón y salvé mi rostro de una fractura segura.
El suceso que más recuerdo y no sé como explicarlo, pasó en la primaria. Me encontraba realizando los tediosos ejercicios de caligrafía del tercer año escolar. Mi concentración era absoluto porque la letra que tenía era de una inteligibilidad descomunal. Nunca la mejoré. En esos momentos un balón, proveniente de la cancha de futbol, se impactó contra la ventana situada a un lado de mi pupitre.
Instantes antes de que el balón destruyera el vidrio y arrogara varios pedasos filosos sobre mi mesa. Mi pierna se levantó de manera involuntaria del lugar, lo que provocó que todo mi cuerpo siguiera el mismo movimiento. Cuando el esférico se estrelló, yo me encontraba ya levantado y correindo un metro adelante para evitar la segura contunción. Nunca vi el balón aproximándose a mi ventana.
Uno de aquellos vidrios filosos desgarró mi cuaderno que dejó varias hojas cortadas. Nadie daba crédito a lo sucedido. La maestra encontró una explicación lógica. Según su versión, yo seguramente estaba papaloteando viendo los árboles por la ventana. Nada extraño en aquellos años. Pero la verdad es que me encontraba totalmente concentrado en mi caligrafía.
Desde ese momento me di cuenta de lo mortal que era. Sin embargo, un mortal que tenía un pacto con el balón para nunca salir lastimado por su culpa. Hoy seguimos a mano. La redonda y yo, estamos en paz.
Todo mi pecho se estrello con el muro de concreto, pero -milagrosamente- la cara no recibió el impacto y sólo salí con un raspon en el brazo que fungió como colchon de mi nariz. Es una suerte de muchas que he tenido en el futbol de no salir lastimado de gravedad.
Puede ser que tenga un ángel de la guarda, o que mis cábalas sí sirvan e incluso he pensado que el futbol y yo hicimos un pacto de nunca hacernos daño. Me inclino por la primera.
Cuando iba en la prepa, me encontraba calentado previo a un partido. Carazo me mandaba el balón al pecho y lo amortiguaba para despues agarrarla. No me percaté que poco a poco retrocedí hasta estar a lado del poste de mi porteria.
En un movimieto inoportuno, el balón dobló mis manos y se elevo por encima de mi cabeza. Giré con la intención de atraparlo, pero me impacté con el poste. Para mi buena suerte, bendición angelical, o un pacto con el diabo, sólo mi cachete chocó con la portería. Solo tuve un raspón y salvé mi rostro de una fractura segura.
El suceso que más recuerdo y no sé como explicarlo, pasó en la primaria. Me encontraba realizando los tediosos ejercicios de caligrafía del tercer año escolar. Mi concentración era absoluto porque la letra que tenía era de una inteligibilidad descomunal. Nunca la mejoré. En esos momentos un balón, proveniente de la cancha de futbol, se impactó contra la ventana situada a un lado de mi pupitre.
Instantes antes de que el balón destruyera el vidrio y arrogara varios pedasos filosos sobre mi mesa. Mi pierna se levantó de manera involuntaria del lugar, lo que provocó que todo mi cuerpo siguiera el mismo movimiento. Cuando el esférico se estrelló, yo me encontraba ya levantado y correindo un metro adelante para evitar la segura contunción. Nunca vi el balón aproximándose a mi ventana.
Uno de aquellos vidrios filosos desgarró mi cuaderno que dejó varias hojas cortadas. Nadie daba crédito a lo sucedido. La maestra encontró una explicación lógica. Según su versión, yo seguramente estaba papaloteando viendo los árboles por la ventana. Nada extraño en aquellos años. Pero la verdad es que me encontraba totalmente concentrado en mi caligrafía.
Desde ese momento me di cuenta de lo mortal que era. Sin embargo, un mortal que tenía un pacto con el balón para nunca salir lastimado por su culpa. Hoy seguimos a mano. La redonda y yo, estamos en paz.
martes, marzo 08, 2005
Una playa en medio de la Ciudad
Dos cancahas de volibol en arena, en medio de un pasto y diversos juegos para ganar un boleto a la Universidad Nacional 2005. Como parte de mis labores reporteriles deportivas, tuve que cubrir diversos partidos de esta especialidad del volibol.
Para aquellos que nos saben en qué conciste este deporte, son casi las mismas reglas que en el volibol de salón, a excepciones de que aquí sólo hay dos jugadores por bando, no hay cambios, juegan con uniformes más holgados y casi siempre se juega con múscia que amenisa el juego. Ah, por cierto, se juega sobre arena.
Como era de esperarse, los ganadores en casi todas las categorias, tanto en varonil como femenil, fueron los equipos de Oaxaca y Veracruz. No se puede compara los 50 metros cuadrados de arena en medio de la jungla del asfalto contra los más de 300 km de playa veraniegas que incitan al deporte de los manotazos.
La música es parte del deporte, desde cumbias, algo de pop y hasta rock en ingles, es parte del folclor playero. Gracias al sonido que no puso la mesa que más aplauda -mis neuronas se los agredece-. Nuestros pumas pus no más no pasaron. Pero según fuentes especialistas en el tema, o sea varios chicos de ingeniería, afirmaron que las chicas auriazules ganaron en mejor físico.
Una experiencia más en los gajes periodísticos.
Para aquellos que nos saben en qué conciste este deporte, son casi las mismas reglas que en el volibol de salón, a excepciones de que aquí sólo hay dos jugadores por bando, no hay cambios, juegan con uniformes más holgados y casi siempre se juega con múscia que amenisa el juego. Ah, por cierto, se juega sobre arena.
Como era de esperarse, los ganadores en casi todas las categorias, tanto en varonil como femenil, fueron los equipos de Oaxaca y Veracruz. No se puede compara los 50 metros cuadrados de arena en medio de la jungla del asfalto contra los más de 300 km de playa veraniegas que incitan al deporte de los manotazos.
La música es parte del deporte, desde cumbias, algo de pop y hasta rock en ingles, es parte del folclor playero. Gracias al sonido que no puso la mesa que más aplauda -mis neuronas se los agredece-. Nuestros pumas pus no más no pasaron. Pero según fuentes especialistas en el tema, o sea varios chicos de ingeniería, afirmaron que las chicas auriazules ganaron en mejor físico.
Una experiencia más en los gajes periodísticos.
lunes, marzo 07, 2005
Motes, apodos y otras manias
¿Por qué Chitiva? y porque no. En el futbol uno está expuesto a quedarse con un apodo que muchas veces quisieramos que se quedara en el campo de juego. Es una de las consecuencias de practicar un deporte de conjunto. Las masas casi siempre opacan a la identidad individual.
Como es difícil aprenderse el nombre de once jugadores, más la respectiva banca, los motes deportivos son cotidianos en el futbol. A veces por una peculiaridad física, otras por una expresión mal usada y también por el parentesco con algún personaje televesivo, nadie está excento de conservar su nombre de pila.
jajaja! Recuerdo algunos apodos que me siguen causando risa diespues de muchos años. Algunos de mis amigos en el futbol son Marge, el cagado, girafales, picachu, estay, oso, quito, tuca, capu, el burro, skretch, zurdo, y varios más. Para no quemar a nadie me abstendré de decir quienes son.
Pero no solo son manías de los hombres, tambien la mujeres son bastantes llevadas y se llegan a poner diversos apodos. Está el caso de un equipo auriazul que tienía varias Gabrielas. Santo remedio. Decidieron ponerse Gaby, Gabo, Doña, Gazu, Sonrics. De los que recuerdo están: la chucha, chabela, babotas, la zurda Garibay, la Popopopony, y varios más.
Cada uno tiene su historia y su significado. En mi caso me he salvado de los apodos por circustancias realmente milagrosas. Sin embargo, no he podido salir avante de todos los embates. Mi primer mote panbolero fue el de "el Gallego". Todo porque llegúe a una clínica de futbol veraniega después de ir al dentista y con paladar nuevo. Mi forma de hablar me bautizó ese apodo que afortunadamente perduró uno par de meses.
En la escuela me han puesto nombres como alecito y alito, pero no han trascendido a los campos futboleros. El CHITIVA se debe a que cuando llegué al Repre de Rápido, mi cabello me forzaba a usar una banda en el cabello. De ahí que me vieran un parentesco con el jugador del Pachuca.
No me quejo, podría tener unos apodos horrosos por mis piernas chuecas, mis pifias cotidianas o por mi noñez al periodismo. Chitiva está bien y aunque todavía no me acostumbro del todo, me gusta que me narren con un apodo tan panbolero.
Chitiva la recupera... recorta a Alecito... Le rompe la cintura a Alito... Hace una finta magestual al Gallego... Solo frente a Alex y es un ....................... penal. ¿Quién ganará a quién?
Como es difícil aprenderse el nombre de once jugadores, más la respectiva banca, los motes deportivos son cotidianos en el futbol. A veces por una peculiaridad física, otras por una expresión mal usada y también por el parentesco con algún personaje televesivo, nadie está excento de conservar su nombre de pila.
jajaja! Recuerdo algunos apodos que me siguen causando risa diespues de muchos años. Algunos de mis amigos en el futbol son Marge, el cagado, girafales, picachu, estay, oso, quito, tuca, capu, el burro, skretch, zurdo, y varios más. Para no quemar a nadie me abstendré de decir quienes son.
Pero no solo son manías de los hombres, tambien la mujeres son bastantes llevadas y se llegan a poner diversos apodos. Está el caso de un equipo auriazul que tienía varias Gabrielas. Santo remedio. Decidieron ponerse Gaby, Gabo, Doña, Gazu, Sonrics. De los que recuerdo están: la chucha, chabela, babotas, la zurda Garibay, la Popopopony, y varios más.
Cada uno tiene su historia y su significado. En mi caso me he salvado de los apodos por circustancias realmente milagrosas. Sin embargo, no he podido salir avante de todos los embates. Mi primer mote panbolero fue el de "el Gallego". Todo porque llegúe a una clínica de futbol veraniega después de ir al dentista y con paladar nuevo. Mi forma de hablar me bautizó ese apodo que afortunadamente perduró uno par de meses.
En la escuela me han puesto nombres como alecito y alito, pero no han trascendido a los campos futboleros. El CHITIVA se debe a que cuando llegué al Repre de Rápido, mi cabello me forzaba a usar una banda en el cabello. De ahí que me vieran un parentesco con el jugador del Pachuca.
No me quejo, podría tener unos apodos horrosos por mis piernas chuecas, mis pifias cotidianas o por mi noñez al periodismo. Chitiva está bien y aunque todavía no me acostumbro del todo, me gusta que me narren con un apodo tan panbolero.
Chitiva la recupera... recorta a Alecito... Le rompe la cintura a Alito... Hace una finta magestual al Gallego... Solo frente a Alex y es un ....................... penal. ¿Quién ganará a quién?
domingo, marzo 06, 2005
El vuelo del tucán
El tucán no más no levanta. No me preocupo, es parte de un proceso. Solo que tenía como un año que no recibía una goliza tan abultada. ¡Necesito un buen portero!
Ja! Irónico porque yo soy portero.
Ja! Irónico porque yo soy portero.
Recuperado al 110%
El tobillo ha sanado por completo. La doctora me dio de alta el viernes pasado y ya no hubo más ultrasonido ni toques de por medio. Estrañaré las convesaciones con la doctora, el dínero extra por los taxis y el pretexto para regresarme a la casa con mi apá mientras escuchabamos EstadioW.
El martes pinta para ser mi primer entrenamiento con mi nuevo tobillo. Espero tener la suerte de Ronaldo y resurgir de las cenizas para los torneos que se acercan. Sigo esperando una pulsera de la buena suerte para mi tobillo izquierdo. ¿Alguien se ofrece?
El martes pinta para ser mi primer entrenamiento con mi nuevo tobillo. Espero tener la suerte de Ronaldo y resurgir de las cenizas para los torneos que se acercan. Sigo esperando una pulsera de la buena suerte para mi tobillo izquierdo. ¿Alguien se ofrece?
Una feria literaria
Los fines de semana deberían ser espacios para la diversión y el relajamiento del cuerpo. No en mi caso. Son sinónimos de tres días para cubrir alguna conferencia, hacer un reportaje de algún tema trivial e ir a un programa de radio especializado en deporte. Sin olvidar el tradicional partido sabatino con los niños que entreno.
Uno de los perjudicados de estos días con un sin fin de actividades es mi blog -lo siento pequeño, pero en las noches solo pienso en dormir-. Casi no veo futbol en la tele y ni por error puedo ver algún resumen deportivo. Quita tiempo.
Como se lo había prometido a mi cerebro -en especial a las células intelectualoides que espero nunca se acaben- asistí a la feria del libro. Enormes estantes de diversas publicaciones y yo sin mucho dinero para comprar.
Lo bueno es que siempre tengo dos pesitos como la ahorrativa de Bartola y pude comprarme dos libros: Deporte, política y Comunicacion de Trillas y el de Futbologías de diversos autores sudamericanos.
Serán una buena inversión para mi literatura sociológica-deportiva. Además de que sumarán más títulos a mi humilde bilblioteca personal de las letras y los balones.
Estos días han sido de poco futbol pero de mucho periodismo de pormedio.
Uno de los perjudicados de estos días con un sin fin de actividades es mi blog -lo siento pequeño, pero en las noches solo pienso en dormir-. Casi no veo futbol en la tele y ni por error puedo ver algún resumen deportivo. Quita tiempo.
Como se lo había prometido a mi cerebro -en especial a las células intelectualoides que espero nunca se acaben- asistí a la feria del libro. Enormes estantes de diversas publicaciones y yo sin mucho dinero para comprar.
Lo bueno es que siempre tengo dos pesitos como la ahorrativa de Bartola y pude comprarme dos libros: Deporte, política y Comunicacion de Trillas y el de Futbologías de diversos autores sudamericanos.
Serán una buena inversión para mi literatura sociológica-deportiva. Además de que sumarán más títulos a mi humilde bilblioteca personal de las letras y los balones.
Estos días han sido de poco futbol pero de mucho periodismo de pormedio.
jueves, marzo 03, 2005
Cuando uno se revela al tiempo citadino
Los días siguen muy ajetreados. Mis jornadas escolares inician desde las 7 de la maña y terminan hasta las cinco de la tarde o más. El miercoles, con todo y lo cansado que estaba el día anterior, también fue un día bastante movido.
Las distancias de mi Universidad son un reto a la condición física que espero recuperar próximamente. Después de una clase maratónica de cuatro horas, llegué al servicio. Terminar los pendientes de esta chamba periodística deportiva y luego correr a comer algo antes del entrenamiento con los pequeños.
Pese a que me encantan mis actividades, llegan momentos en los uno dice basta al ritmo citadino de la "capirucha". Uno llega a estados en los que se necesita revelar al relog, el tráfico y las interminables colas de algún trámite buroratico. Ayer dije basta.
Depués de entrenar a los niños--futuros adolecentes dentro de casi nada--, decidí que ni mi cansancio, ni la tarea o el tiempo furtivo para realizar estas activdades, me privarían de ir al cine a ver El aviador. Quería ver la de Clint Estwood, pero ya no alcancé boletos.
La consecuencia de mi capricho de ir al cine pese a los días ajetreados no se hicieron esperar. Llevaba sólo media hora de la película cuando el sueño se apoderó de mi conciencia y párpados. Es un cancancio de aquellos en los que el físico le gana a la mente y nos hacen recordar que nuestro cuerpo tambíen se queja.
No recuerdo bien la película pero parece que sí está muy recomendable. Sugerencia: vayan bien despiertos pues dura casí tres horas. Como colofón. Al día siguiente desperté despues de dormir un sueño de los que uno disfruta por el hecho de no soñar nada y en el que uno se desconecta del mundo.
Sentí una brisa deliciosa en mi cuerpo, acompañado de un calorcito que por un momento pensé que estaba en mi cama. ¡Oh sopresa! Me encontraba en una de las jardinera de mi facultad con un par de hormiguitas escalando mi brazo y con el tiempo otra vez encima para llegar temprano a una de mis clases.
En fin. De vez en cuando uno debe revelarse del tiempo citadino. Total. Siempre hay un buen pastito para recuperarse de la osadía.
Las distancias de mi Universidad son un reto a la condición física que espero recuperar próximamente. Después de una clase maratónica de cuatro horas, llegué al servicio. Terminar los pendientes de esta chamba periodística deportiva y luego correr a comer algo antes del entrenamiento con los pequeños.
Pese a que me encantan mis actividades, llegan momentos en los uno dice basta al ritmo citadino de la "capirucha". Uno llega a estados en los que se necesita revelar al relog, el tráfico y las interminables colas de algún trámite buroratico. Ayer dije basta.
Depués de entrenar a los niños--futuros adolecentes dentro de casi nada--, decidí que ni mi cansancio, ni la tarea o el tiempo furtivo para realizar estas activdades, me privarían de ir al cine a ver El aviador. Quería ver la de Clint Estwood, pero ya no alcancé boletos.
La consecuencia de mi capricho de ir al cine pese a los días ajetreados no se hicieron esperar. Llevaba sólo media hora de la película cuando el sueño se apoderó de mi conciencia y párpados. Es un cancancio de aquellos en los que el físico le gana a la mente y nos hacen recordar que nuestro cuerpo tambíen se queja.
No recuerdo bien la película pero parece que sí está muy recomendable. Sugerencia: vayan bien despiertos pues dura casí tres horas. Como colofón. Al día siguiente desperté despues de dormir un sueño de los que uno disfruta por el hecho de no soñar nada y en el que uno se desconecta del mundo.
Sentí una brisa deliciosa en mi cuerpo, acompañado de un calorcito que por un momento pensé que estaba en mi cama. ¡Oh sopresa! Me encontraba en una de las jardinera de mi facultad con un par de hormiguitas escalando mi brazo y con el tiempo otra vez encima para llegar temprano a una de mis clases.
En fin. De vez en cuando uno debe revelarse del tiempo citadino. Total. Siempre hay un buen pastito para recuperarse de la osadía.
martes, marzo 01, 2005
Gira y gira y sigue dando vueltas
Estos días son como aquellos sueños en los que uno salta de una aventura a otra. Tuve mi debut y despedida como conductor televisivo de noticias, aprendí lo cortés de las peleas políticas de los de pantalón largo y ya tengo tema de tesis delimitado.
Esta variedad de eventos me hacen dificil escoger uno para redactar mi blog del día, pero apelaré a mi poder de síntesis. (ups, lo que tiene que sufrir mi blog).
Unas charolas de luces que me hicieron sentir como pollo rostizado, las plastas de maquillaje para que mi cara dejara de brillar como la estrella televisiva que tenía que encarnar, 40 chavos detrás de cámara en un ajetreo estresante, un maestro exigente que resulta que es el que dobla la voz de puerquito (dónde quedó su voz dulce y tierna), díalogos que no logré aprenderme y realizar un programa en vivo, me hacen reflexionar mi idea de incursionar en el periodismo televisivo.
En la oficina, sólo dire que los de pantalón largo tienen un colmillo más retorcido que el futbolista más veterano. -En mi mente se quedan muchas reflexiones de lo que hoy viví pero que deceo que se queden solo entre mi almohada, mi familia y yo. (y claro la conciencia).
Una lectura de la sociología del deporte me abrió el camino al tema de mi tesis. Estoy pensando seriamente que este blog tambíen se vuelva en el block de las reflexiones de las lecturas de lo que investigue. Claro deporte, futbol, política, economía y mucha sociología.
Me duele la cabeza pero estoy contento. Son de esos días en que uno se siente vivo y, sobretodo, productivo.
...Ya cerebro, ya. Prometo que el domingo desquito con una sesión de taraprogramas del canal de las estrellas. Pero antes, iré a la feria del libro.
Esta variedad de eventos me hacen dificil escoger uno para redactar mi blog del día, pero apelaré a mi poder de síntesis. (ups, lo que tiene que sufrir mi blog).
Unas charolas de luces que me hicieron sentir como pollo rostizado, las plastas de maquillaje para que mi cara dejara de brillar como la estrella televisiva que tenía que encarnar, 40 chavos detrás de cámara en un ajetreo estresante, un maestro exigente que resulta que es el que dobla la voz de puerquito (dónde quedó su voz dulce y tierna), díalogos que no logré aprenderme y realizar un programa en vivo, me hacen reflexionar mi idea de incursionar en el periodismo televisivo.
En la oficina, sólo dire que los de pantalón largo tienen un colmillo más retorcido que el futbolista más veterano. -En mi mente se quedan muchas reflexiones de lo que hoy viví pero que deceo que se queden solo entre mi almohada, mi familia y yo. (y claro la conciencia).
Una lectura de la sociología del deporte me abrió el camino al tema de mi tesis. Estoy pensando seriamente que este blog tambíen se vuelva en el block de las reflexiones de las lecturas de lo que investigue. Claro deporte, futbol, política, economía y mucha sociología.
Me duele la cabeza pero estoy contento. Son de esos días en que uno se siente vivo y, sobretodo, productivo.
...Ya cerebro, ya. Prometo que el domingo desquito con una sesión de taraprogramas del canal de las estrellas. Pero antes, iré a la feria del libro.
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